martes, 31 de julio de 2012

domingo, 12 de febrero de 2012

Espero que haya buenos recitales y que me dejen subir al escenario...

Fue el día antes que muriera el Flaco Spinetta. Había ido a ver a mi vieja porque cumplía 85 y por primera vez, en confianza, hablamos de la muerte. No de otras muertes, sino las nuestras. A veces siento que las demás me van picando muy cerca. Amigos queridos que se van, de manera súbita e inesperada, por suerte para ellos y desgracia nuestra. A mi vieja le molesta cuando hablo de la muerte. Se enoja o llora. Pero esta vez no y me confesó: "yo tengo miedo a la primera noche; así, tan sola", me dice y agrega "mirá que loca lo que pienso". Y yo le confesé que no le tenía miedo a la muerte, sino a que fuese dolorosa. Tengo cierto pánico al dolor que a veces me inmoviliza. Y le conté lo que mis hijos saben: "ya engordé demasiados gusanos puntanos, por eso quiero que me traigan acá (a La Carlota) cuando muera". Casi un testamento. Y después fue lo del Flaco y un dia mas tarde la Muchacha de los Ojos de Papel, novia de juventud, que cuenta que había hablado con él en octubre y le había dicho que estaba tranquilo, a pesar de lo inevitable. "Toda la vida estuve preparándome para esto" cuenta que le respondió y que además "ya dije todo lo que tenía por decir", según refirió. Y me di cuenta que también me pasa algo similar. No sé si me habré preparado toda la vida para eso, pero ya no lo siento como irremediable, sino como uno de los tantos pasos que tengo que dar, naturales como la vida misma. Aunque me cuesta todavía asimilar que una de las posibilidades es que, morir, sea de alguna manera desnacer. Es decir, volver a no ser, que es lo que fuimos antes de empezar nuestro trayecto por la vida. Después, yo que no soy un gran spinettero, aunque sabía muchas más canciones de las que me creía que sabía, busco Barro tal vez en el YouTube, que se me ocurre más una zamba que rock y lo encuentro en los preparativos de la grabación con la Negra Sosa. Y hay tanta dulzura en los dos. Esos besos, esos abrazos, como preparando un camino a futuros recitales en otros cielos. Y el flaco se queja porque no alargó lo conveniente una frase y la Mecha lo consuela y vuelven a empezar. Y que ya va a aprender "cuando sea grande", bromea y termina el video con un "que lindo mi niño querido" que dice la Negra. Y él, en ese camino que mezcla la música, la dulzura y la vida, dice que cantar con ella es lo más y que ahora podría "morir tranquilo..." hace una pausa y remata: "pero ahora grabemos", dice riéndose e intentando alejar a La Parca. ¡¿Me quedan muchas cosas por decir?! me pregunto. A mis 52, tengo cierta alteración emocional que hace que haya pasos que prefiero saltear. Aún con esta tardía locura que me ha dado por la moto, en general, me gusta el destino, pero no el viaje, por eso prefiero los aviones, que en un abrir y cerrar de ojos estás en otro lado. Nunca pude aprender a tocar la guitarra, por ejemplo, por mi probervial impaciencia que hace que a todo lo que quiera, lo quiera ya. Y en verdad, estoy un poco intrigado con eso del paso al más allá. Las estadísticas me favorecen, según se mire, si descontamos a mi abuela materna que resultó longeva y unos pocos parientes más que demoraron su partida. No la busco ni la estoy llamando, solo espero serenamente. Hay buena gente esperando allá arriba, si es que me toca en un lugar acomodado. Espero que haya buenos recitales y alguna vez me inviten a subir al escenario. Creo que no soy tan desafinado, después de todo.

martes, 25 de mayo de 2010

Temprano levantó la muerte el vuelo... La pucha, amigo, que tristeza... Con usted se va una parte de mi vida.



Tendríamos para escribir un libro sobre nuestras aventuras y desventuras desde el Jardín de Infantes... Ir de mochileros sin carpa... Los trasnoches en la casa del Kiko... La pensión en Alta Córdoba... Quedan, como siempre, los buenos recuerdos.


La fiesta que no fue

¡¡¡Cincuenta no se cumplen todos los dias!!!



















Un encuentro revitalizador con los compañeritos de la Escuelita













domingo, 24 de enero de 2010

Nos merecíamos las vacaciones después de un año agitado

























Hijo, ya sos un master (Maestro Mayor de Obra)


Ahora sí, con el título en la mano


Juntando guita para arreglar el 128


El primer laburo, aunque sin pelpas


Los que aprobaron


Defendiendo el proyecto